El difícil arte de regalar souvenirs o cómo no caer en los tópicos

Viajar es la mejor manera de crear experiencias y recuerdos, y los souvenirs nos ayudan a materializarlos y a compartirlos. La palabra tiene su origen en el latín y vendría a significar “recuerdo”. Si nos acogemos estrictamente al término, los objetos que nos llevamos a casa sirven, principalmente, para recordar aquello que vivimos en nuestros viajes.

En este sentido, podríamos decir que los souvenirs son para uno mismo, pero lo cierto es que no suele ser así: también compramos detalles a nuestros seres queridos y les traemos pedacitos de los sitios que visitamos, haciéndoles partícipes del viaje. Aquí es cuando se complican las cosas. Porque si bien algunos adoran ir de compras mientras viajan, para muchos se convierten en una auténtica pesadilla. Imanes, posavasos, llaveros, dedales para la abuela… Un buen gesto que muchas veces se traduce en regalos que habría sido mejor no comprar.

Mira en tus estanterías y sé sincero: quien más y quien menos no puede evitar entrar en esas tiendas que hacen el agosto con nosotros, los turistas. Sea porque pierdes muchas horas en ellas, o porque esperas sorprender a los tuyos de una vez por todas, toma nota de nuestros consejos para encontrar regalos originales, o más bien para no caer en los tópicos. 😉

A cuantos más, peor

Traer recuerdos no es una obligación, sino algo que uno hace porque quiere. De la misma manera, tampoco deberías llevar souvenirs a todos tus amigos o familiares: quizá sea más conveniente hacerlo cuando veas algo que te recuerda a esas personas especiales. Ahorra energía, disfruta de las playas, de las calles y verás como, a lo largo del viaje, encuentras detalles que llamarán la atención de los tuyos. Detalles representativos y con significado.

Evita las tiendas de regalos, pisa más los mercadillos

Puede que te saquen de algún que otro apuro, pero la mayoría de ellas no representan nada original. Quizá sólo consigas lo que tus amigos esperan y esa no es la idea, ¿verdad?

Un esencial de las compras viajeras son esas camisetas con la foto de una ciudad y su respectivo nombre: Sevilla y la Giralda, I love New York, el Big Ben londinense, y muchas otras estampas más. Aunque tengan cierta gracia, e incluso puedan hacer ilusión, al final acaban utilizándose para dormir o para ir al gimnasio, así que si tú no te la pondrías… ¡piénsalo bien antes de sacar la cartera!

Por el contrario, en los mercadillos más recónditos y artesanales encontrarás objetos realmente únicos y, sobre todo, poco esperados. Una silla vintage, una hamaca o una lámpara de cristal hecha a mano por artesanos locales son opciones que podrías tener en cuenta. Lo mejor de todo es que suelen ser cosas de uso cotidiano, por lo que tus allegados no se desharán de ellas tan fácilmente.

Gastronomía: un placer que se agradece

Nos vamos a Bélgica y traemos chocolate a todos nuestros amigos. Sí, puede parecer típico, pero los dulces nunca fallan. A la mayoría de gente le apasiona la comida y siempre está dispuesta a probar sabores nuevos. Es por ello que cada vez existen más tiendas especializadas en gastronomía autóctona. Una buena opción son las bodegas: si en la ciudad que visitas hacen un vino muy especial, el mejor regalo que puedes hacer es una botella que sólo fabriquen allí. Aquí tienes una escapada enológica a la que no te podrás resistir.

Lo útil siempre es mejor

Como comentábamos, lo más habitual es que busques souvenirs que identifiquen el lugar al que viajas, como la clásica torre Eiffel, las pirámides de Egipto y todos esos objetos en miniatura que nos acaban pareciendo válidos. Sin embargo, es el momento de pensar en algo diferente que pueda resultar útil a quien vaya a recibir el “recuerdo”. Un buen ejemplo es un USB, por qué no, con forma de torre Eiffel; será icónico y útil a la vez. 😀

El truco para regalar un buen detalle, al fin y al cabo, es hacer hincapié en su función práctica y en los gustos de la persona. Si además consigues que viajen a través de un objeto, que prueben el sabor de tierras lejanas, la fragancia de otro país… ¡habrás cumplido tu objetivo!

¿Exceso de equipaje? ¿Regalos demasiado grandes?

Si eres de los que atiborra la maleta de souvenirs, ¿alguna vez te has preguntado cómo traerlos cuando no tienes equipaje facturado? Los límites en el equipaje de mano, tanto por dimensiones como por peso, pueden complicar que lleves contigo aquello que tanto deseas. Por ello, te animamos a que eches un vistazo a las medidas de equipaje de mano de las compañías aéreas.

Y tú, ¿tienes la nevera oculta tras una inmensidad de imanes? ¿Cuántas personas conoces que coleccionan postales, dedales o llaveros de los lugares que visita? ¿Se te ocurre alguna otra idea original? Si es así la esperamos en los comentarios 🙂