Verano en la Vall de Boí con ráfting alojado en hotel 3*

La Vall de Boí es una pequeña joya en medio del Pirineo catalán. Te contamos todo lo que ofrece y verás que es una escapada imprescindible.

Destino starlight

• La Vall de Boí es considerada un destino starlight. ¿Sabes qué significa? Esta distinción se concede a aquellos destinos que disponen de excelentes cualidades para contemplar el cielo nocturno y que están protegidos de cualquier contaminación lumínica.
• Vive la experiencia de observar un cielo bien negro, donde las estrellas son infinitas y te dejarán con la boca abierta.
• Escápate de la ciudad y redescubre las maravillas del universo desde los Pirineos, donde el cielo se abre ante tus ojos.

Aigüestortes, donde los Pirineos tocan el cielo

• Con paisaje de alta montaña y una gran riqueza de fauna y vegetación, el parque nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, es el único de Cataluña.
• Ríos, barrancos, cascadas y ciénagas y más de 200 estanques de formas y colores diversos dan vida a este espacio natural protegido único del sur de Europa.
• De entre las cimas que superan los 3000 metros de altura, destacan los Besiberris (norte, sur y el Besiberri del medio) y la Punta Alta de Comalesbienes.
• Si eres amante del senderismo, te recomendamos adentrarte en Aigüestortes, un paraíso en la tierra.
• Puedes hacer rutas para todos los niveles: desde excursiones familiares hasta subidas a las cumbres más altas, para aquellos montañeros más experimentados.

La máxima expresión del arte románico

• ¿Sabías que la Vall de Boí es especial por la gran cantidad de arte románico que se encuentra en un espacio tan reducido?
• Declarado Patrimonio de la Humanidad, el conjunto románico de la Vall de Boí está formado por las iglesias de Sant Climent y Santa Maria de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia d'Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Nativitat de Durro, Santa Maria de Cardet, la Assumpció de Cóll y la ermita de Sant Quirc de Durro. Todas ellas del mismo estilo arquitectónico, pero cada una con su encanto particular. Te recomendamos hacer una ruta para descubrirlas todas y así también conocer los pueblos donde se encuentran, ¡ninguno te dejará indiferente!
• En la iglesia de Sant Climent encontrarás un icono del románico: el pantocrátor de Taüll. En Sant Climent, te recomendamos también el videomapping: una presentación audiovisual que te ayudará, de forma muy innovadora, a entender la técnica pictórica de los frescos románicos.

Las fallas, la fiesta del fuego de los Pirineos

• Se trata de una tradición ancestral que se repite año tras año y ha ido pasando entre generaciones.
• Las fallas de Boí son una fiesta dedicada al culto al sol y que se celebran en torno al solsticio de verano. Los fallaires, cuando se hace de noche, encienden sus fallas, hacen el descenso orgullosos de llevar el fuego hacia el pueblo con uno de los chicos delante, hasta llegar a la plaza, donde la gente los recibe con alegría, música y fiesta, se hace una gran hoguera con los restos de las fallas y rantiners que han resistido la bajada y se comienza la fiesta que puede durar toda la noche.
• En época de falles, el valle se convierto en un lugar más mágico (¡si es que se puede!).

Siente la adrenalina

• Si eres deportista, seguro que te habrás dado cuenta de que el valle también es el lugar ideal para la práctica de deportes exteriores.
• En verano podrás practicar: senderismo, bicicleta de montaña, trail running, barranquismo, ráfting, escalada, vías ferratas...
• Y, en invierno, este destino es perfecto para practicar esquí, hacer snow, tirarte en trineo o hacer una excursión con raquetas de nieve, ¡practica tu deporte favorito en la Vall de Boí!